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    Presentación

    Estimados compañeros: un año más afrontamos el reto de organizar la reunión anual de Equipos de  Tratamiento Asertivo Comunitario en Salud Mental, que con el tiempo se ha transformado en un referente nacional para todos aquellos profesionales que trabajan en dispositivos asistenciales móviles, tanto los que afrontan la resolución de crisis contextuales en la que se desencadenan tentativas graves de suicidio como aquellos equipos más clásicos que se especializan en el campo de la rehabilitación psiquiátrica integral e integrada.

    Llevamos 18 años celebrando este Simposio y 23 años trabajando desde el modelo de equipos de tratamiento asertivo comunitario que, desde Madison, USA, impulsaron el psiquiatra Leonard Stein y la trabajadora social Mary Ann Test. Aun así, las dudas que nos surgen a diario son numerosas y seguimos incorporando conocimientos de otros lugares en España o países del resto del mundo. Nunca es bastante en el tratamiento asertivo comunitario. Y por eso, un año más, trataremos de seguir creciendo y facilitando a quien lo desee la formación e incorporación a este campo tan especializado de la asistencia psiquiátrica.

    Desde el Comité Organizador queremos trasladar con más énfasis que nunca que el objeto principal de que existan servicios de salud mental en sus diferentes formas organizativas es atender de la forma más humana, más efectiva y más ética posible a quienes sufriendo un trastorno mental grave tienen más complicado acceder a una ciudadanía normalizada por razones diversas.

    A tenor de las inversiones que los diferentes países destinan a la asistencia psiquiátrica parece constatarse que la mayor cuantía de las partidas presupuestarias se orienta a los llamados trastornos adaptativos o problemas ansiosos y depresivos, de una alta prevalencia social pero que suelen disponer de capacidad de obrar para solicitar ayuda para sus dolencias. No sucede esto con las personas afectadas por psicosis del espectro esquizofrénico, por ejemplo, con una incidencia del 0,7 % en nuestra sociedad. De ellos, nos consta que un 15% de los casos no ha recibido nunca atención para su trastorno y que al menos otro 15 % no pueden mantener las terapias adecuadas y aceptadas por la comunidad científica. Tenemos que añadir otro 15% de casos que pese a mantener los tratamientos indicados, no tienen una buena evolución. Es en este 45 % de casos donde se impone la necesidad de desarrollar dispositivos de atención ambulatoria intensiva, domiciliaria y que mantenga la imprescindible continuidad de cuidados con el paciente y su familia orientando los servicios precisos para su permanencia en su lugar de residencia habitual.

    Nos estamos refiriendo a la asistencia psiquiátrica en la UE, en USA, en Canadá y en Australia. Porque para el resto del mundo todo esto de lo que hablamos, salvo contadas excepciones, resulta poco menos que una entelequia.

    La transformación de la asistencia psiquiátrica en la UE sigue una dinámica contradictoria, confusa, lenta y desigual con diferencias entre países que no tienen explicación razonable.

    Lo mismo sucede en España. Nos fallan los sistemas de información y evaluación. Y con ello es difícil planificar el uso y la distribución de los recursos. Pero las diferencias entre las distintas comunidades autónomas cuestionan la justicia y equidad en el acceso a los tratamientos más complejos y que requieren mayor especialización como es el tratamiento asertivo comunitario a través de equipos móviles, consolidado como la gran oportunidad para que, antes de criticar y desmantelar el modelo comunitario de asistencia psiquiátrica, podamos permitir su desarrollo y evaluar su competencia. Pensamos desde la evidencia científica que esto es posible con una fuerte inversión de recursos que vayan directamente a la población más necesitada. O sea, desarrollando una red de equipos dinámicos y móviles que afronten las necesidades cambiantes de dicha población que no pedirá ayuda por muy potente que sea nuestra llamada. Los problemas se generan allí donde está la gente. Y si queremos ser efectivos y útiles hay que ir allí donde está la gente. Los beneficios que aporta esta “movilidad” asistencial son incontables. Empezando porque en el domicilio es donde los pacientes sienten que la asistencia es más satisfactoria y donde más se respetan sus valores.

    Es por ello que concentraremos el trabajo de estos días de junio en revisar las nuevas aportaciones en materia de organización asistencial, en aportaciones recientes, desde la psicofarmacología y la psicoterapia. Haremos hincapié en el tratamiento de aquellas personas con trastornos mentales graves y persistentes que viven en las calles, provenientes de países que poco tienen que ver con Occidente. El lugar y la representatividad que los usuarios deben tener en los planes de intervención debe ser actualizado. Nada conseguiremos sin una toma compartida de decisiones en su tratamiento y sin la cercanía de aquellos que han pasado por problemas similares, porque está claro que son un apoyo importante en la recuperación de quienes atraviesan crisis severas. Asimismo, revisaremos el impacto que los cambios legislativos están causando a la hora de los distintos abordajes. Y los paupérrimos recursos del espacio sociosanitario para quienes conviven entre complejas necesidades: una raquítica oferta de puestos de empleo con apoyos y serias dificultades para acceder a viviendas normalizadas. Son alternativas que se han normalizado para otros colectivos afectados por discapacidades pero que tienen un injustificado freno para “los psiquiátricos”.

    En suma, creemos haber confeccionado un programa exhaustivo porque somos conscientes de la importancia del momento por el que atravesamos. No podemos volver la cara a quien necesita ayuda. Una de las formas más perversas de estigmatizar a quienes arrastran enfermedades mentales es negar su existencia, sus limitaciones. Porque son centenares de personas las que a diario sufren y, en silencio, nos interpelan. Porque también sabemos, según nos explicó tantas veces el apreciado psiquiatra Julian Leff que la mejor forma de luchar contra el estigma y por la recuperación de la población afectada por enfermedades mentales es que puedan acceder a los recursos necesarios y a los mejores tratamientos disponibles.

    Y a por ello vamos. Un año más…Porque nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde.

    Bienvenidos a Avilés. Que la estancia sea cómoda y grata y que podamos seguir sumando esfuerzos por mejorar la situación de nuestros usuarios y sus familiares.

     

    Por una rehabilitación psiquiátrica integral e integrada.